martes, febrero 06, 2007

Laguna del Soto de las Cuevas


No pudimos ver ningún malvasía, pero pasamos una buena tarde. La laguna del Soto de las Cuevas existe gracias a la reconversión de una explotación minera ¡quién lo diría!
Pero sí, esta hermosa laguna fue una gravera antes de convertirse en el humedal en el que actualmente centenares (o no sé si miles) de aves acuáticas encuentran acomodo y refugio.

Desde el puente largo son unos dos kilómetros y medio, que se hacen paseando en una media horita y se ve ampliamente recompensado. Para llegar se trata de remontar el río por la ribera más próxima a Aranjuez, este tramo no hay camino y hay que caminar entre la valla de la finca y el río. Un poco más adelante aparece un camino y enseguida se ven unos motores para el riego de las fincas de la zona.

Enseguida sale un camino hacia la izquierda que ya nos lleva hasta la laguna en un pequeño bosque repoblado de arbustos de taray (tamarix africana) con ejemplares que ya tienen casi tres metros y otros árboles más pequeños como fresnos y álamos. Al llegar a la laguna nos llama enormemente la atención la tranquilidad que se respira en el lugar, y aunque se percibe el murmullo de la carretera que permanece oculta tras los carrizales, la observación de las aves transmite una agradable sensación de calma.
Patos cuchara, un cormorán, aguilucho lagunero... yo no sé la cantidad de pájaros que Jaime me enseño a distinguir ayudándose de la guía. Sí señor, pasamos una buena tarde el domingo, y pusimos al día nuestra amistad que también necesita de estos ratos de calma para mantenerse al día.